Un robo más de muchos en la discoteca "Carpes del Cim"

Uno de los coches des-
valijados con todo el in-
terior removido.

El sábado por la noche se produjo un acto de vandalismo en les Carpes del Cim, una discoteca de Santa Perpètua. Aunque no es la primera vez que ocurre algo similar en esa zona, el hecho llamó bastante la atención, sobre todo a los afectados, y es que tuvo lugar en la acera de enfrente de la discoteca, pero, al parecer, nadie se percató de la situación hasta pasado un rato.

Dos coches, aparcados en la acera opuesta a la discoteca, fueron desvalijados. Al parecer, los saqueadores se dedicaron a romper la ventanilla trasera izquierda de todos los coches. Una vez rota, abrieron las puertas de los automóviles y se dedicaron a abrir la guantera y maletero de los vehículos y a buscar bienes materiales los cuales poder sustraer.
Las dueñas de los vehículos, dos chicas de Santa Perpètua, fueron avisadas posteriormente al hurto a través de una llamada telefónica de unos conocidos, los cuales identificaron los coches y decidieron llamar a las propietarias, que se encontraban dentro de la discoteca, ajenas a todo lo sucedido, para que salieran a ver el estado de sus vehículos.

Los ladrones se llevaron
hasta el más mínimo ob-
jeto de valor. 

Uno de los vehículos de las afectadas.

Las propietarias comprobaron el aspecto de los automóviles y calcularon las pérdidas. Seguidamente, decidieron llamar a la policía. En ese mismo momento, apareció un coche patrulla de los Mossos d’Esquadra al cual empezaron a avisar para que se detuviera. Cuando bajaron del vehículo, analizaron la situación, pudiendo observar cristales rotos más adelante, dando esto a entender que estos dos coches no habían sido los únicos asaltados. Acto seguido, tomaron los datos de las afectadas y se marcharon.

Este hecho no es nuevo en Carpes del Cim. La discoteca, en la periferia de Santa Perpètua, colocada en una zona industrial, no tiene la seguridad que debería tener. Prácticamente, cada fin de semana suceden altercados. El alcohol, las drogas y la poca vigilancia provocan que semanalmente se produzcan trifulcas, peleas y robos, deteriorando la discoteca y convirtiéndola en un lugar hostil y peligroso.